Recordemos; lo que honramos no es una imagen de yeso o madera, o papel, etc., sino la infancia de Jesús, sus doce primeros años, los años de la hermosísima inocencia y de la niñez de Jesús; todos los méritos que Él ganó para nosotros en sus 12 primeros años de vida. Por los méritos de la infancia de Jesús pedimos favores a Dios. Las estatuas, las imágenes, los cuadros no hacen milagros, porque son de yeso, de papel, de madera o de telas. El que hace milagros es Jesús mismo que escucha nuestras oraciones. Pero la imagen de Jesús nos recuerda al amable Redentor que nos escucha desde el cielo).
En Checoslovaquia, el Cardenal Kaspar fue uno de los más grandes propagandistas de la de al Niño Jesús. Cuando era todavía un joven apóstol, una vez algunos alumnos le pidieron que les narrara la historia de la devoción al niño Dios. Él sabía muy pico de esto y no pudo narrar nada. Esto lo llenó de vergüenza y se propuso estudiar bien la historia de la devoción al Niño Jesús y aprenderse muchos milagros obrados por Él. Y en adelante empleó toda su vida en propagar la devoción al Niño Divino y vio prodigios admirables en lis que seguían esta devoción.
En Alemania, desde 1697, año en el que un gran misionero recorrió los pueblos llevando una imagen del Divino Niño y explicando los favores admirables que Dios concede a quienes se lis piden por los méritos de la infancia de Jesús, la devoción al <<Pequeño- Grande>>, como lo llamaba la gente, llenó de fervor los corazones, y fueron tantos los favores obtenidos del cielo por esta devoción que se publicó un libro narrando los prodigios obtenidos por los devotos del Niño Jesús.
Bélgica ha sido una de las naciones que más ha honrado a Niño Jesús. Junto a una imagen suya que hay en el convento de las Hermanas Carmelitas, se han obrado tales maravillas en favor de los devotos del Divino Niño que los fieles le tienen un inmenso amor y la pequeña iglesia se convirtió en santuario nacional visitado por peregrinos llegados de todas las partes del país. Y se han conseguido verdaderos milagros que han dejado admirados a todos. Dicen que en Bélgica el Niño Jesús tiene tantos altares cuantos corazones de devotos hay allá, porque cada uno lo venera y adora en su espíritu cada día.
Y allí unas personas que les parece haber recibido de Dios el llamado a repartir por todas partes imágenes y estampas del Divino Niño y han llenado el país de estampas e imágenes, aumentando enormemente la devoción y consiguiendo muchas bendiciones del cielo.
Ante la imagen del Divino Niño en Bélgica sucede como en otros países, a toda hora del día se ven fieles de toda clase, edad y condición, postrados orando al Señor, implorando protección por sus problemas y necesidades, y continuamente llegan personas a dar gracias por grandes favores recibidos.
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