La devoción al Niño Jesús empezó a recorrer en marcha triunfal a toda Europa desde hace 300 años, y a América llegó acompañada de miles de prodigios desde el siglo pasado ganándose el alma popular en poco tiempo. Veamos algunos ejemplos. ( Recordemos; lo que honramos no es una imagen de yeso o madera, o papel, etc., sino la infancia de Jesús, sus doce primeros años, los años de la hermosísima inocencia y de la niñez de Jesús; todos los méritos que Él ganó para nosotros en sus 12 primeros años de vida. Por los méritos de la infancia de Jesús pedimos favores a Dios. Las estatuas, las imágenes, los cuadros no hacen milagros, porque son de yeso, de papel, de madera o de telas. El que hace milagros es Jesús mismo que escucha nuestras oraciones. Pero la imagen de Jesús nos recuerda al amable Redentor que nos escucha desde el cielo). En Checoslovaquia, el Cardenal Kaspar fue uno de los más grandes propagandistas de la de al Niño Jesús. Cuando era todavía un joven apóstol, una vez algunos...
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